El sábado 16 de Abril salimos de León rumbo a Zamora, con la intención de hacer una parada previa para conocer las Lagunas de Villafáfila; como Abril estaba haciendo honor a su fama y había llovido tanto, no pudimos realizar esa visita, ni conocer el centro de interpretación de la Reserva Natural de "Las Lagunas de Villafáfila", por hallarse cerrado debido a las condiciones meteorológicas.
Así que continuamos camino y fuimos directos a "la bien cercada"; como se nombra a Zamora en el romance en el que se explica cómo el rey leonés D. Fernando da, en el año 1065, a su hija Urraca en herencia esta ciudad:
"Zamora la bien cercada; de parte la cerca el Duero, del otra peña tajada, del otra la Morería; una cosa es muy preciada"
La lluvia nos respetó lo suficiente como para pasear y disfrutar del románico zamorano y hacer algunas compras antes de visitar el Museo Etnográfico de Castilla y León, que era uno de los principales objetivos de nuestra parada en Zamora.
La visita nos resultó un poco escasa, cara a las expectativas que teníamos, pues apremiados por la guía no pudimos detenernos y deleitarnos como hubiésemos querido, así que ¡habrá que volver!, pero sin guía "arreadora", ja, ja,ja,ja,ja
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Salió el sol para disfrutar el paseo por el románico zamorano |
Después de la visita al museo y llegada la hora de comer, hicimos lo propio... De la comida, lo mejor sin duda alguna, la sobremesa y el baile... Porque los de Barandal comeremos bien o mal, pero la fiesta viene siempre con nosotros
Y a continuación pusimos rumbo a Fermoselle. A quienes no conocíamos la localidad nos pareció un lugar precioso. Bien merecido tiene el nombre de Fermoselle ("hermosa ella") la capital de los Arribes.
Y si "hermosa" es la villa, más lo son sus gentes. Habíamos contactado con la Asociación de Tamborileros de Fermoselle "Juan d´l Encina" y pasamos una tarde genial con ellos, bailando, cantando, tocando y dando cuenta de un exquisito licor café... Muchas gracias a todos ellos, en especial a Ángel Marcos y Vicente, por su hospitalidad. Nos supo a poco compartir esa tarde con ellos y esperamos volver a vernos.
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Cueva - bodega en Fermoselle |
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Fermoselle arriba, Fermoselle abajo... Con lluvia, sin llevia, con arco iris... En la variedad está el gusto |
Nos dirigimos a Muga de Sayago, donde teníamos reservado el hotel no para descansar... Si no para vestirnos de gala y asistir a una importante cena...
Pero para saber qué pasó esa noche y al día siguiente hay que cultivar un poco la paciencia, je, je, je, porque os lo contaremos en la próxima entrada. ¡La aventura sigue!