martes, 6 de octubre de 2015

San Froilán 2015 - 4 Octubre Carros Engalanados (I)

Pues con todos los Carros Engalanados, los Pendones a punto y las incontenibles ganas de fiesta llegaron los ansiados días de las fiestas de San Froilán y unos chubascos tremendos dispuestos a fastidiarnos a todos y a deslucir unos de los días más esperados por muchos leoneses aferrados a las tradiciones y al folclore.
Ya venían los pronósticos del tiempo anunciando lluvias y poniéndonos a todos nerviosos: ¿podremos salir?, ¿se suspenderá el desfile de pendones? y ¿el de Carros?...
Finalmente los pendones no pudieron realizar su recorrido, pero los carros desfilaron el domingo por las calles de León y subieron el día de San Froilán a la Virgen del Camino.


Por tercer año consecutivo Barandal acompañó al carro de Villadangos del Páramo, y a todos los habitantes de esta localidad, que tan amantes de estas fiestas y participativos son.
Y es que aunque llovió de lo lindo, hace falta mucha más agua para "arrugar" a estos parameses, que año tras año trabajan tanto y ponen todo su empeño en mejorar su participación en los Carros Engalanados.
En esta ocasión estrenaban estandarte... ¡menudo estreno! casi todo el día con el "chubasquero puesto", y  solamente se llevaron el octavo premio , a su trabajado carro... una auténtica pena, merecían un puesto mejor.














De todas formas, ya vestidos con los trajes tradicionales y puestos en la calle de los Cubos, dejamos atrás la rabia del mal tiempo, y todos nos ponemos como objetivo pasar un buen rato.

Y eso hicimos: cantar, bailar y tocar. Con la alegría de ver a lo largo del desfile hasta la Plaza del Grano que fueron muchos los que acudieron a aplaudir y disfrutar de la aguada fiesta bajo sus paraguas.
 
 
 
 
 
 
 

Para los dulzaineros de Barandal hubo además una grata compañía y ayuda, la presencia de Víctor. ¡Gracias por habernos acompañado! y esperamos que haya muchas más ocasiones ... y es que este dulzainero lo lleva en la sangre, pues su abuelo fue uno de los mejores dulzaineros, si no el mejor, que ha parido esta tierra nuestra; el gran Víctor de la Riva.



Después y hasta que el cuerpo aguantó, pues al día siguiente tocaba madrugar para subir a La Virgen del Camino, compartimos la alegría, la fiesta y la comida con nuestros amigos de Villadangos.


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