viernes, 29 de abril de 2016

Zamora y Fermoselle - 16 Abril 2016

El sábado 16 de Abril salimos de León rumbo a Zamora, con la intención de hacer una parada previa para conocer las Lagunas de Villafáfila; como Abril estaba haciendo honor a su fama y había llovido tanto, no pudimos realizar esa visita, ni conocer el centro de interpretación de la Reserva Natural de "Las Lagunas de Villafáfila", por hallarse cerrado debido a las condiciones meteorológicas.
Así que continuamos camino y fuimos directos a "la bien cercada"; como se nombra a Zamora en el romance en el que se explica cómo el rey leonés  D. Fernando da, en el año 1065, a su hija Urraca en herencia esta ciudad:
 "Zamora la bien cercada; de parte la cerca el Duero, del otra peña tajada, del otra la Morería; una cosa es muy preciada"
La lluvia nos respetó lo suficiente como para pasear y disfrutar del románico zamorano y hacer algunas compras antes de visitar el Museo Etnográfico de Castilla y León, que era uno de los principales objetivos de nuestra parada en Zamora.
La visita nos resultó un poco escasa, cara a las expectativas que teníamos, pues apremiados por la guía no pudimos detenernos y deleitarnos como hubiésemos querido, así que ¡habrá que volver!, pero sin guía "arreadora", ja, ja,ja,ja,ja

Salió el sol para disfrutar el paseo por el románico zamorano


Después de la visita al museo y llegada la hora de comer, hicimos lo propio... De la comida, lo mejor sin duda alguna, la sobremesa y el baile... Porque los de Barandal comeremos bien o mal, pero la fiesta viene siempre con nosotros

Y a continuación pusimos rumbo a Fermoselle. A quienes no conocíamos la localidad nos pareció un lugar precioso. Bien merecido tiene el nombre de Fermoselle ("hermosa ella") la capital de los Arribes.
Y si "hermosa" es la villa, más lo son sus gentes. Habíamos contactado con la Asociación de Tamborileros de Fermoselle "Juan d´l Encina" y pasamos una tarde genial con ellos, bailando, cantando, tocando y dando cuenta de un exquisito licor café... Muchas gracias a todos ellos, en especial a Ángel Marcos y Vicente, por su hospitalidad. Nos supo a poco compartir esa tarde con ellos y esperamos volver a vernos.

Cueva - bodega en Fermoselle

Fermoselle arriba, Fermoselle abajo... Con lluvia, sin llevia, con arco iris... En la variedad está el gusto
Nos dirigimos a Muga de Sayago, donde teníamos reservado el hotel no para descansar... Si no para vestirnos de gala y asistir a una importante cena...
 Pero para saber qué pasó esa noche y al día siguiente  hay que cultivar un poco la paciencia, je, je, je, porque os lo contaremos en la próxima entrada. ¡La aventura sigue!

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